Publicación realizada en el marco del Programa Bosques Andinos y el Proyecto EcoAndes, gracias al apoyo de la Cooperación Suiza COSUDE.
Los bosques montanos del Noroccidente de Pichincha albergan una biodiversidad única, reconocida a nivel mundial. Tienen además gran importancia en la regulación hídrica y climática y constituyen un sustancial reservorio de carbono. Hace más de 3 décadas, actores locales y externos, trabajan de la mano para conservarlos y promover prácticas productivas que permitan modos de vida más sostenibles.
La ganadería es actualmente la actividad agro-productiva más extensa en el territorio del Noroccidente de Pichincha y la que históricamente ha provocado la mayor deforestación. Tiene más de 50 años de historia en la zona y aunque la productividad es reducida comparada con otras zonas del país, constituye un eje de la economía local y un modo de vida clave para muchas familias. Las fuertes pendientes del territorio, ubicado en las estribaciones de los Andes, le restan aptitud para esta actividad. Esto acompañado de las prácticas tradicionales de ganadería extensiva, han provocado fuertes modificaciones al paisaje e intensas presiones sobre los ecosistemas naturales aún en la actualidad.
Desde hace varios años el Programa Bosques Andinos y el Proyecto EcoAndes, viene trabajando de la mano con técnicos y ganaderos locales en la definición y validación de una serie de prácticas que permitan incrementar la rentabilidad de la actividad ganadera a la vez que favorecer su sostenibilidad en el tiempo y la conservación de los bosques remanentes junto con sus funciones.
En base a ese trabajo, se generó esta guía de prácticas de ganadería sostenible para el Noroccidente de Pichincha. Engloba 7 módulos que brindan información teórica y aplicada sobre zonificación y planificación de la finca, mejoramiento de los sistemas de pastoreo e inclusión de especies forestales, uso y manejo adecuado del agua y bienestar animal. Las experiencias de implementación de estas prácticas han mostrado resultados tangibles y directos que avalan su validez. Por ejemplo, del lado de la producción, se evidencia un incremento del 300% en la capacidad de carga de la finca y la disminución y/o eliminación de las compras de sobrealimentos y fertilizantes externos. Del lado de los servicios ecosistémicos, mejoramiento notable de los suelos, aumentos importantes de caudales y fuentes de agua que ya no se secan en época de verano.
Un manejo de los sistemas ganaderos que considera a la actividad como parte de un paisaje tiene beneficios directos tanto para el productor como para el ecosistema que la sostiene. Se espera con esta guía contribuir para este fin.
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