Por: Zora Lea Urech, Kaspar Schmidt y Francisco Medina
HELVETAS SWISS INTERCOOPERATION
Revista RURAL 21 – Edición Abril 2019
El aumento y la disminución de las zonas forestales están directamente relacionados a los usos de la tierra. A nivel mundial, los bosques están bajo una creciente presión resultado de actividades como la agricultura y el pastoreo, que se están moviendo hacia las zonas boscosas. Adicionalmente, los beneficios monetarios directos de las zonas gestionadas agrícolamente son, en la mayoría de casos, mucho más altos que los beneficios resultantes de un bosque intacto, al menos a corto plazo.
Una investigación reciente en la India, muestra que la riqueza y la densidad de los árboles nativos en un paisaje (ni demasiados abundantes, ni demasiados escasos) influyen en la polinización de las plantas de café por abejas, por ejemplo, y como resultado, en la producción de café.
El gran desafío de conservar la multifuncionalidad de los bosques implica integrar diversos intereses y usos, de manera articulada dentro de un mismo paisaje; así como, en coordinación con las poblaciones locales, quienes son las directamente afectadas. Estas comunidades dependen, directa o indirectamente, de los bosques, sus servicios y productos; así como, asegurar su alimentación e ingresos.
Ordenamiento sostenible de los bosques y paisajes de Los Andes
A nivel nacional, Perú, el Programa de Bosques Andinos ha venido fomentado la conciencia de los organismos gubernamentales sobre iniciativas locales, a fin de elaborar políticas de ordenamiento forestal más inclusivos y pertinentes. De esta manera, ese se está apoyando la elaboración y aplicación de nuevos enfoques y políticas públicas relativas a los bosques andinos.
La visión de un ordenamiento sostenible del paisaje y su articulación intersectorial (medio ambiente, agricultura, agua) en múltiples niveles (comunal, subnacional y nacional) han sido elementos claves para ilustrar la aplicación de las políticas públicas nacionales a nivel local, y para visibilizar ejemplos concretos de mejoras efectivas a nivel del paisaje que se recomiendan para su reproducción en otras zonas de Los Andes.
Los bosques ya no deben ser considerados de manera aislada al paisaje. Ellos brindan numerosos servicios que se despliegan a través de las interacciones, con múltiples intervenciones de ordenamiento bajo un enfoque de paisaje más amplio. Sin embargo, para desarrollar una estrategia a nivel de paisaje, se necesitan procesos complejos.
Para facilitarlos sin tropiezos, se requiere un análisis a fondo de situaciones a menudo complicadas y de problemas complejos, a fin de comprender las diferentes perspectivas de los agentes con intereses, reivindicaciones e influencia y poder diferentes.
La determinación de compromisos y soluciones exige que acciones y procesos que se aborden de manera concertada; es decir, que se den sobre la base de debates participativos y con múltiples actores, que tengan en cuenta los intereses de las comunidades locales, el sector privado, el sector público, la sociedad civil y los gobiernos. Ello requiere tiempo, recursos y una gran capacidad de moderación, inversión, pero también muchos beneficios.