¿Qué podemos esperar de la crisis ambiental después del coronavirus? Todo dependerá de la profundidad que esta pandemia alcance— con sus efectos sociales y económicos—, lo que es aún muy incierto, toda vez que muchas de sus características y poder de propagación solo se están conociendo en la medida que avanza el covid-19.
El peor escenario a nivel mundial es aquel en que se cuenten las muertes por decenas de millones (como reconocidos epidemiólogos lo han señalado), y se enfrente una recesión económica sin precedentes en la historia contemporánea.
Y una recesión a nivel global tendría consecuencias positivas para el cambio climático: mientras esta dure, se disminuiría la emisión de los gases de efecto invernadero (GEI) procedentes del uso de los combustibles fósiles, puesto que el aparato productivo y de transporte dejaría parcialmente de funcionar (una situación que sería algo así como un triunfo pírrico).
En contraste, en Colombia, y en general en los países tropicales, se podría prever un incremento sin precedentes en la deforestación pues, como se sabe, la agudización de la pobreza la aumenta. Y este aumento significaría un aumento en la emisión de GEI que contrarrestaría los beneficios del menor uso de combustibles fósiles pero que estaría lejos de anularlos a nivel global.
«El mejor escenario sería uno en que el virus mute y en realidad se extinga», ha afirmado el Dr. Larry Brilliant, un reconocido epidemiologista; así que hacia julio-agosto la pesadilla habría terminado, un escenario quizá excesivamente optimista.
Y el escenario al que todos los gobiernos aspiran, sería aquel en que las medidas para contener este virus funcionarán a nivel global y la economía comenzará a recurperarse en el segundo semestre de este año.
Para ese entonces, Colombia debería acelerar la retrasada implementación de la agenda ambiental del actual gobierno, en particular, el cumplimiento de los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París sobre el cambio climático, la lucha contra la deforestación, y el programa gigante de reforestación.
De la pandemia quedarían grandes lecciones para el mundo, y también para Colombia, sobre cómo afrontar el riesgo y la incertidumbre (o cómo no hacerlo), en una época la que, de continuar la débil implementación del Acuerdo de París, el mundo se enfrentaría a múltiples desastres en el mediano y largo plazo cuya magnitud podría ser de tal envergadura que el coronavirus sería recordado como una anécdota.
Pero, en lo que al covid-19 se refiere: ¿El mundo va hacia el peor escenario, el deseado, o el mejor? Aún no lo sabemos. Entre los dos extremos hay muchas posibilidades.