En la última edición de la Revista Rural 21 – The International Journal for Rural Devwlopment, ha salido un interesante artículo sobre la reciente reunión sobre los Bosques para el futuro – Cómo el bosque tropical puede salvar el clima y combatir el hambre, que se realizó el pasado 15 de agosto en Alemania.
A través de un diálogo participativo, en el marco de la iniciativa “Un mundo sin hambre”, se hizo un análisis sobre los recientes incendios forestales en la Amazonía y en Tundra, que confirma que la deforestación neta sigue siendo una gran amenaza para el mundo, y que los sumideros de carbono global vienen liberando grandes cantidades de carbono almacenado en la atmósfera.
Resultado de prácticas inadecuadas en la producción de alimentos, y su almacenamiento, sigue incentivando la tala ilegal por la expansión agrícola. Además, los conflictos sobre el suelo para producción de alimentos versus la conservación de los bosques, exige la adopción de medidas.
Durante este año, Etiopía plantó alrededor de 350 millones de árboles, superando a la India y sus 60 millones en el 2017. Sin embargo, conservar nuestros bosques y salvarlos de su desaparición es aún un reto muy complejo, como una gota en el océano.
Actualmente, somos más de 1.6 billones de personas dependientes de los recursos provenientes de ellos. Y el número poblacional se incrementa, especialmente en continentes como África.
Es por ello que se ha firmado un acuerdo entre 10 países africanos con el fin de restaurar unos 100 millones de hectáreas de tierra al 2030. Este gran reto es un compromiso a largo plazo que intenta recuperar humedales degradados también. Se necesita gente comprometida, fomentar oportunidades para los jóvenes en el entorno forestal y un cambio de mentalidad.
Desde ya, la BMZ anuncio el apoyo estos esfuerzos con 2 billones de euros al año para la conservación de bosques alrededor del mundo.