El Ministerio del Ambiente del Ecuador estima que en el país existen unos 2.000 especímenes, lo que representa una reducción del 80 por ciento en el último siglo. Por ello, para frenar su desaparición, viene ejecutando una investigación.
Con el bosque de Collay ubicado en la zona oriental de Gualaceo como epicentro del plan, el Ministerio del Ambiente avanza en una estrategia para la conservación del oso andino, a través de un convenio firmado con Elecaustro, y la Fundación Naturaleza y Cultura, con el que se pone en marcha la primera investigación sobre la especie en el Austro.
El convenio, firmado a mediados de año, será lanzado oficialmente en los próximos días y tiene dentro de sus objetivos la instalación de cámaras trampa para cuantificar los especímenes que viven en la zona sur del país y establecer medidas de conservación efectivas.
El técnico del Ministerio del Ambiente, Fernando Juela, informó que se estima que en el Ecuador existen unos 2.000 especímenes de oso andino, pero se desconoce cuántos habitan en el Austro ante la falta de estudios.
Si bien se han observado osos andinos en el Collay y en los bosques del Macizo del Cajas, la intención del ministerio es ampliar la zona de protección a un corredor biológico que una al Parque Nacional Sangay en Morona Santiago y Chimborazo, con el Parque Nacional Podocarpus en Loja, a través del Azuay.
Juela explica que en el último siglo el hábitat, y por tanto la población de osos, se redujo en un 80 por ciento en el Ecuador, lo que refleja que la especie “está en serio peligro”.
EJES
De acuerdo con Juela, la estrategia para la conservación del oso andino en el Austro se basa en tres grandes ejes: la educación ambiental, el manejo de la especie y la investigación.
En la primera línea se definen estrategias para capacitar a los comuneros de forma que no ataquen a las poblaciones de osos. Según Juela el conflicto entre humano y animal es el principal factor de riesgo de la especie.
En el país se registran 50 muertes de osos a manos del hombre en los últimos años. “La gente piensa que esta especie ataca al ganado cuando en realidad las muertes se dan por jaurías de perros ferales y el oso acude en búsqueda de carroña” explicó.
En cuanto al manejo de la especie, el Ministerio del Ambiente trabaja en coordinación con el bioparque Amaru. De acuerdo con Victoria Arbeláez, directora del bioparque, Amaru ha logrado avances importantes en cuanto a la reproducción de la especie con fines de repoblación de los bosques andinos.
El trabajo de investigación atado al nuevo plan del Ministerio del Ambiente tiene un horizonte de dos años para dar los primeros resultados, informó Juela. Mientras tanto, el técnico apela al apoyo de la comunidad para la conservación de esta especie.
Fuente: Diario El Tiempo