Artículo elaborado por Manuel Peralvo, CONDESAN / Programa Bosques Andinos
Una gobernanza ambiental descentralizada eficaz requiere mecanismos que movilicen información y recursos y que, a su vez, faciliten la toma de decisiones a escalas que sean relevantes para los diferentes problemas sociales y ambientales. Frente a las ventajas de acortar la distancia entre los responsables de la toma de decisiones y la gente, se contraponen los desafíos relacionados con la coordinación, especialmente en los casos en que la fragmentación de la toma de decisiones actúa como una barrera para soluciones concertadas en todo el sistema. En los paisajes forestales andinos, la heterogeneidad de los ecosistemas y los usos de la tierra asociados acentúa la necesidad de articular actores con metas y capacidades relacionadas con los diferentes niveles de gobernanza. Las plataformas de gobernanza a meso escala pueden desempeñar un papel fundamental en la búsqueda de una escala «óptima» para los problemas relacionados con la gestión sostenible de los recursos y paisajes en áreas complejas de montaña.
La Mancomunidad del Chocó Andino (MCA) es una iniciativa que comenzó en 2014 con un grupo de seis parroquias (las parroquias son la unidad administrativa política más pequeña en Ecuador) situadas al noroeste de Quito, capital de Ecuador. La MCA tiene una superficie de 120.000 hectáreas, con un rango altitudinal que va desde 500 hasta 4.700 metros y es el hogar de ecosistemas que albergan un conjunto de especies endémicas muy amenazadas de la ecorregión del Chocó-Darién. Los sistemas de ganadería extensiva de baja productividad y la agricultura orientada al mercado son las principales causas de la deforestación en la MCA, con un bosque remanente que cubre aproximadamente el 60% de la superficie de la Mancomunidad.
La MCA fue creada con el objetivo de promover un territorio productivo, sostenible y biodiverso que genere beneficios para todos sus habitantes. Este objetivo general ligado a conceptos de sostenibilidad contrasta con otros procesos en la gobernanza de meso escala en Ecuador, con ámbitos más restringidos de acción relacionados, por ejemplo, a la gestión de áreas protegidas. En su corto período de operación, la MCA ha avanzado en el establecimiento de una hoja de ruta para su funcionamiento a largo plazo, mientras que se ocupa de problemas actuales que requieren respuestas a corto plazo. La motivación principal para la participación de los gobiernos locales en la MCA es la oportunidad de coordinar esfuerzos para resolver problemas de amplio alcance en términos de orígenes o impactos. Por ejemplo, problemas como la contaminación de los cursos del agua trascienden los límites de las parroquias individuales y acentúan las conexiones verticales en el paisaje. Además, la gestión de la basura se convierte en un problema ambiental importante en las zonas rurales con baja densidad de población y largas distancias a cubrir. Respuestas de meso escala a estos problemas pueden reducir los costos de transacción y mejorar la eficacia y el acceso de las personas de la MCA.
Considerando un horizonte de tiempo más extenso, la MCA enfrenta importantes retos para su sostenibilidad. La heterogeneidad de la MCA constituye una fuerza centrífuga debido a que los problemas sociales y ambientales en los gobiernos locales de la zona de alta elevación son diferentes a los de la zona inferior. Además, otros problemas son específicos de ciertas áreas. Este es el caso de las concesiones mineras a gran escala ubicadas, por ahora, en dos de las parroquias de la MCA. Como resultado, las respuestas a este proceso están altamente localizadas y hay una percepción de que la MCA no está proporcionando un apoyo coordinado para hacer frente a las amenazas actuales y futuras de esta actividad para la sostenibilidad del territorio.
Existen también retos adicionales asociados con la obtención de una base de participación más amplia de actores y otras contrapartes que trabajan a escalas diferentes. Por ejemplo, el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito también está promoviendo otros mecanismos de gobernanza sostenible tales como corredores de conservación y áreas de conservación y uso sostenible (ACUS) cuyas plataformas de gobernanza necesitan una mejor articulación con la MCA. Además, los programas de conservación y restauración de bosques implementados por el Ministerio del Ambiente del Ecuador podrían mejorar la comunicación y coordinación de los esfuerzos en el área utilizando la MCA.
Sin embargo, uno de los retos fundamentales para la MCA a largo plazo puede ser cómo involucrar a las nuevas generaciones en un proceso de gobernanza centrado en objetivos de sostenibilidad. Esto no es una tarea trivial en el contexto de las tendencias actuales de la migración rural-urbana -en especial hacia la ciudad de Quito-, ni en relación a los cambios en los patrones de tenencia de la tierra en la que los actores externos se desplazan hacia esta zona sin estar necesariamente conscientes o interesados en estos procesos de gobernanza. La formación de nuevos líderes locales comprometidos con los objetivos de sostenibilidad promovidos por la MCA requerirá una combinación de procesos relacionados con la forma en que el concepto de valor se incluya en la conservación y restauración de bosques, la existencia de alternativas tangibles y viables de medios de vida sostenibles y los resultados de procesos a mayor escala que tengan el potencial de generar impactos importantes en las personas y los ecosistemas de la zona.
[Versión en inglés disponible en:http://www.blogs-mri.org/?p=889]