El Programa Bosques Andinos (PBA) es una iniciativa de la Agencia de Cooperación para el Desarrollo de Suiza (COSUDE) en el marco de su Programa Global de Cambio Climático y cuya presencia apoyando el desarrollo rural y ambiental en la región andina y Perú data de más de 40 años. El PBA tiene por objetivo general “contribuir a mejorar las capacidades de adaptación y mitigación frente el cambio climático mediante la consolidación y escalamiento de políticas, prácticas, herramientas y esquemas de incentivos exitosos en los Andes relevantes al manejo sostenible de los bosques andinos”.
Los Andes son particularmente vulnerables a las amenazas del cambio climático, esto, entre otras razones, por la riqueza en biodiversidad y por los endemismos que alberga (CEPAL, 2015), motivo por el cual los bosques montanos andinos son considerados un hotspot de biodiversidad: el hotspot Andes Tropicales (CEPF, 2105). Se evidencia que el riesgo de extinción en los Andes tropicales es mayor a altitudes mayores y en las cimas de las montañas, ya que las especies adaptadas a estos ambientes no tienen otro lugar a dónde desplazarse. De igual forma, una gran cantidad de procesos e interacciones ecológicos cruciales para el funcionamiento de los ecosistemas se verían perturbados (Herzog et al, 2010).
Vacíos de información sobre la efectividad de las políticas públicas en la conservación de biodiversidad, pueden superarse a través de la mejora de sistemas de monitoreo que involucren nuevas tecnologías y monitoreo local, y el uso de herramientas de análisis para integrar variables de biodiversidad y servicios ecosistémicos con variables de población y desarrollo socioeconómico. Desde el PBA se apoyó la generación de información a nivel regional en el marco de la red regional andina de investigación de bosques andinos y a nivel local, con el fin de generar información sobre el estado actual de los bosques y las implicancias futuras para su gestión en un contexto de cambio climático. En este webinar compartiremos los resultados de estas investigaciones y el rol que juegan el Estado y la Academia para contar con información robusta para la toma de decisiones.
Objetivos
Compartir experiencias de monitoreo de bosques andinos para su gestión en un contexto de cambio climático y abordar el rol del Estado y la Academia en la sostenibilidad de sistemas de monitoreo.
Programa
Resumen
Por Natalia Ruiz-Guevara, Helvetas Perú
El impacto del cambio climático en los boques andinos afecta su distribución, sus características ecológicas, como la biodiversidad y capacidad para proveer servicios ecosistémicos. Entender estos impactos y dinámicas, presentes y futuras, son importantes por el valor intrínseco que tienen los bosques y ecosistemas andinos; así como, porque ellos están enmarcados en el contexto de paisajes, en los que la vida humana, y su permanencia/desaparición, tienen injerencia en la calidad de vida de las personas. Ello coloca a estos ecosistemas como prioritarios en términos de conocimiento, política y recursos.
Entender esos impactos es un desafío, sobre todo considerando la impresionante verticalidad de Los Andes, con variaciones de hasta 6000 metros de altitud. Desafíos en términos metodológicos, logísticos y de estrategia; pero estos tenían que ser superados para atender la necesidad de contar con información específica que permita la toma de decisiones, y la difusión de la situación real para colocarla en las agendas internacionales de cambio climático.
Ante cambios constantes, se tiene que tomar acción constante y eso nos lleva al tema que nos reúne hoy: el monitoreo.
¿Qué monitorear?
La primera respuesta es la diversidad; no solo en términos taxonómicos, sino también funcional. Una de las funciones más relevantes de los bosques, hoy en día, es su rol de almacenamiento de carbono, en el marco de la mitigación al cambio climático. Entender este rol no solo trata de medir stocks, sino de entender como estos van cambiando. Lo hemos visto en la presentación de Francisco Cuesta: Los bosques tropicales amazónicos y andinos no son estáticos, sino que tienen una dinámica propia de crecimiento, mortalidad y adaptación a perturbaciones naturales y antrópicas.
Los bosques andinos guardan grandes sorpresas. Los resultados de las investigaciones que hoy nos ha compartido Francisco, muestran que con el paso del tiempo estos ecosistemas tienden a incrementar sus stocks de carbono, pero no es una regla simple. Existe una influencia de los factores climáticos y no climáticos, como la temperatura, la precipitación y la respuesta de los bosques ante la perturbación humana, con su capacidad de regenerarse. Esto último significa que la restauración de bosques es una estrategia clave para la mitigación del cambio climático.
Eso nos lleva a la necesidad de entender el comportamiento humano, cómo nos distribuimos, en qué piso altitudinal (y de qué tipo) hay más disturbios a fin de tomar decisiones de política y determinar las estrategias apropiadas.
Hablando de estrategias, hablemos a nivel local. Hacer un “zoom” es importante.
Las presentaciones de hoy nos permiten entender la importancia de recoger información con un alto nivel de detalle, para tomar decisiones adecuadas a la realidad de cada territorio.
Hemos visto en la presentación de Francisco Cuesta, de Jennifer Calderón y de Jan Baiker la importancia del monitoreo e investigación, en los distintos aspectos de la gestión de un paisaje. Esto implica, por ejemplo, profundizar en el estado de conservación de la biodiversidad, la historia de ocupación del territorio, el comportamiento de las variables climáticas, el valor de las especies y bosques en pie, la dinámica de provisión de los servicios ecosistémicos, como los hídricos, y también el comportamiento antrópico. En particular, entender qué motiva a las personas a perturbar los bosques andinos para tomar decisiones de política, hace necesario recabar información de alto nivel de detalle.
Esta labor no es fácil. Hemos visto como requiere de una amplia gama de tecnologías y capacidades, así como también, la toma de acuerdos. Jan nos mostraba, por ejemplo, la complejidad del monitoreo ecohidrológico, siendo el involucramiento de la población local y el protagonismo de los actores locales un factor clave del empoderamiento de la gestión de su propio paisaje y el acuerdo de compromisos de largo plazo.
Ahora bien ¿qué decisiones tomar?
Nuevamente, no hay recetas; pero el día de hoy hemos visto algunos ejemplos que son valiosos de compartir y escalar.Por ejemplo, vemos como adoptar estrategias de gobernanza y ordenamiento territorial en los corredores biológicos, reservas de biósfera y áreas protegidas. Esto permite crear una identidad territorial, que valore los bosques como elemento clave del paisaje
El uso de las plataformas tecnológicas nos muestra su alto potencial para masificar el acceso a la información, transparentarla y conectar distintos tipos de actores clave. Hacer llegar el conocimiento a la población es fundamental, para ir construyendo mejores actitudes y promover cambios en prácticas, políticas y de producción.
Alinear y actualizar nuestras políticas es fundamental. Hoy Fernanda Elliot nos ha mostrado los roles múltiples que tiene el estado. No solo para brindar formalidad e institucionalizar estos temas, sino para tender puentes, gestar alianzas interinstitucionales que garanticen el carácter integral de la toma de acción, escalar las experiencias territoriales hacia otros territorios en cada país, uniformizar metodologías y bases de datos, y para integrar los reportes nacionales.
Son las autoridades nacionales las llamadas a visibilizar los resultados de este trabajo en los espacios de toma de decisiones internacional, que es donde nacen la mayoría de enfoques de trabajo. Así también, retroalimentar de información y demandas provenientes de los territorios y países.
No queremos terminar este resumen, sin hacer hincapié en la importancia de la colaboración. Hoy hemos visto como las redes de investigación como IMHEA, la Red Gloria y la Res de Bosques Andinos integran información de toda la región, que permite entender a cabalidad la dinámica de Los Andes como región diversa e interconectada. Estas redes son un ejemplo de lo que es posible hacer gracias a la colaboración Sur-Sur, traspasando de manera sostenida las fronteras de cada país bajo un objetivo común.