Los incendios forestales son un gran problema que afecta a los bosques de América Latina. Durante el verano la situación empeora debido a las altas temperaturas y la falta de lluvia. Y esto no es un problema que afecte sólo a nuestra región, sino que a múltiples países, entre ellos Australia, cuyas tierras se han visto arrasadas por gigantescos incendios esta temporada.
Los bosques son la principal herramienta que tenemos para combatir el cambio climático, motivo por el cual su disminución sostenida nos afecta a todos. Así lo indica la Organización de Naciones Unidas (ONU), que detalla que los bosques absorben aproximadamente 2000 millones de toneladas de dióxido de carbono cada año.
Es más: recalca que son la manera más rentable de combatir el calentamiento global. “Estos ecosistemas terrestres ya han eliminado de la atmósfera casi un tercio de las emisiones de dióxido de carbono producidas por el hombre. A través de la gestión forestal sostenible, podrían eliminar mucho más», expresa Liu Zhemin, jefe del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU.
En esa línea, un estudio publicado por la revista científica Science determinó que en el planeta hay 900 millones de hectáreas de tierras que pueden destinarse a plantar árboles. Si eso se lograra, se reducirían hasta 205 gigatoneladas de CO2, en circunstancias que cada año generamos alrededor de 40 gigatoneladas, de las cuales la mitad queda en la atmósfera y el otro 50% es absorbido por los bosques y los océanos.
La indagación nació a propósito de un informe en que expertos de la ONU sostuvieron que se necesitan 1.000 millones de hectáreas de árboles, que equivalen al territorio de China, para lograr cumplir con el Acuerdo de París.
«Tuvimos la duda de si era posible cumplir ese objetivo sin sacrificar la producción de alimentos y de si había suficiente tierra disponible. Hicimos ese estudio y encontramos que de los 2.000 millones de hectáreas degradadas que hay en el mundo, 900 millones tienen absoluto potencial forestal», explica René Castro, responsable del departamento de Biodiversidad Climática, Tierra y Agua de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y participante de la investigación, al diario español El País.
Principal amenaza a los bosques
Y ya que hablamos de deforestación, es conveniente saber que, de acuerdo a la ONU, la mayor amenaza para los bosques a nivel mundial no es la explotación insostenible y/o ilegal de madera, sino que la agricultura.
A medida que crece la población, es necesario generar más alimentos, por lo que muchas tierras que antes tenían árboles, pasan a destinarse a actividad agrícola, ya sea plantando cultivos de vegetales o generando pastizales para que coma el ganado.
“Un desafío clave es cómo gestionar el aumento continuo de la producción agrícola y mejorar la seguridad alimentaria, sin reducir las áreas forestales en general”, expresa Naciones Unidas.
Aunque no todo es malo: la entidad añade que en los últimos 25 años, la tasa de deforestación global neta se ha desacelerado en más del 50%.
“El objetivo de acabar con la deforestación global neta está cerca de alcanzarse, lo que lleva al mundo un paso más cerca del objetivo del Plan Estratégico de las Naciones Unidas para los Bosques que busca expandir el área forestal mundial en un 3% para 2030, lo que representa un área de 120 millones de hectáreas”, acota la organización.
Fuente: biobiochile.cl