En Apurímac, la mayor parte de la población está dedicada a la agricultura familiar, actividad central para la vida familiar y la cohesión comunal de las comunidades campesinas. Las familias son custodias de conocimientos ancestrales y material genético, que preserva la agrobiodiversidad del territorio y de la cual depende la alimentación de la región (Kometter, 2018; Ramírez, 2021).La pandemia del COVID-19 ha significado, para las comunidades de la región Apurímac, una situación con muchas aristas, con aspectos sociales y económicos que agravaron la emergencia sanitaria.
Desde Abacay, Apurímac, se viene impulsando la articulación comercial de la producción agrícola, bajo el concepto de Mercados Itinerantes, como soporte a la agricultura familiar en el marco de la pandemia mundial por la Covid19.
El contexto de emergencia sanitaria ambiental, y la posterior etapa de aislamiento social y cuarentena obligatoria detuvo muchas de las acciones agrícolas en campo, afectando directamente a los pequeños agricultores y las comunidades rurales de la región andina.
¿Qué podemos esperar de la crisis ambiental después del coronavirus? Todo dependerá de la profundidad que esta pandemia alcance— con sus efectos sociales y económicos—, lo que es aún muy incierto, toda vez que muchas de sus características y poder de propagación solo se están conociendo en la medida que avanza el covid-19.
El peor escenario a nivel mundial es aquel en que se cuenten las muertes por decenas de millones (como reconocidos epidemiólogos lo han señalado),